Cómo Internet está matando la democracia
Eddy Chávez Huanca[1]

Título: Cómo Internet está matando la democracia
Autor: Mauro Barberis
Ciudad: Lima
Editorial: Palestra
Año: 2024
Páginas: 208
Introducción
Este libro, de autoría de Mauro Barberis, se titula Cómo Internet está matando la democracia (2024). Contiene un total de 5 capítulos divididos en 208 páginas. Obra que se suma al debate del uso de los medios digitales y su impacto, específicamente el Internet, en aquellos discursos llevados a cabo —la mayoría de veces— por personajes del ámbito político, que tienen como fin —en el ciberespacio— el llamamiento al ad populum o «pueblo», en los ismos de enviar mensajes marcados por el «populismo» y sus efectos en un orden democrático.
La obra desarrolla conceptos útiles para entender la estrategia política —entendiendo política como la lucha por el poder en un escenario de posmodernidad— específicamente, el populismo, la democracia y su aparente nocividad política al encontrarse con el Internet. El autor esboza un análisis de la democracia asediada por los populismos en medios digitales, trata temas de «seguridad», que van desde la «seguridad social» hasta la seguridad «migratoria», desarrolla lo que el señala como la «democracia demente» y precisiones conceptuales del populismo, para luego poner énfasis en su derrotero digital, lo que le resulta amenazante y le lleva a tomar proposiciones que van desde el uso del populismo digital contra sí mismo hasta el propio hecho de regular el acceso a Internet.
Desarrollo:
Contra los especialistas
El subtítulo previo pertenece al prólogo de la obra que aquí se reseña; el autor refleja preocupación ante la inacción de los especialistas frente al populismo campante en medios digitales, siendo este elemento una amenaza para la democracia representativa, el profesor genovés apostilla que «para estudiar los populismos actuales ya no necesitamos politólogos, sociólogos o mediaólogos, sino recurrir a psicólogos e incluso a psiquiatras». Escruta sobre la hegemonía de las redes sociales y los smartphones para el acceso a la información del ciudadano promedio, ese es el entorno cotidiano del homo sapiens del tercer milenio que interactúa entre lo real de lo virtual.
Populismo o democracia tomada literalmente
Para el autor, la democracia liberal es el único caso indiscutible de democracia —entiéndase por democracia a la participación del hombre en la cosa pública—, sin embargo, este concepto pasa a segundo plano cuando se habla del populismo, tomando este concepto como la sombra de la democracia que hoy se ha materializado en la web, creando así una nueva forma de populismo a la cual llama «populismo digital».
Para llegar a esta concepción, Barberis previamente explica la complejidad de organizar significaciones sobre dicha palabra, pasando por el «populismo» como tal, la «demagogia», el populismo como fenómeno global, el populismo como «reacción», «neopopulismo», hasta llegar a una quinta categoría, la cual es definida como «populismo electrónico» —valga también «informático» o «telemático»—, esto en referencia a los nuevos modelos tecnológicos de la modernidad y la distinción entre lo real y lo virtual, como, por ejemplo: el populismo en línea.
Brexit, Trump y el gobierno amarillo-azul: tres populismos digitales
Para el autor, el «momento populista» comienza con la victoria de Donald Trump en 2016 y la salida de Inglaterra de la Unión Europea. Enfatiza que el año 2016 no fue un año auspicioso para la democracia, describiéndolo incluso como un annus horribilis. Ese año, los ingleses votaron a favor de abandonar la UE (Brexit), los estadounidenses eligieron a Trump presidente de Estados Unidos. A partir de ahí comenzó el «momento populista», donde «momento» puede indicar un momento, pero también una época. El autor apunta hacia el primer ministro Boris Johnson, que apela al «pueblo» para lograr un Brexit haciendo uso de la confrontación entre el pueblo contra las élites parlamentarias. Barberis nos dice que, «por lo tanto, si recuperara su mayoría parlamentaria y perdiera su apoyo en las encuestas, Johnson haría lo contrario: apelaría al parlamento contra el pueblo». Es decir que haría lo contrario; pues, este sería el populismo de oposición.
El autor diagnostica sobre la amenaza a la batalla política en el terreno digital, llamándola populismo digital; sin embargo, desde su pensamiento político, amplía la mirada hacia las posibles soluciones. Una de ellas es que: «las elites democráticas podrían encontrar en el populismo digital un excelente atajo para regresar al poder sin tener que lidiar con sus errores».
El caballero oscuro. Heurística de la (in) seguridad
Señala en este capítulo que la «seguridad» es la primera palabra de la agenda populista y del mensaje principal del populismo digital: «los populistas explotan nuestras ansiedades y nuestros miedos convirtiéndolos de heurísticos en sesgos, haciéndonos creer que necesitamos protección». En ese sentido, para Barberis, la seguridad social tiene que ver con la conservación y reproducción de la vida, salud, trabajo, pensiones; la seguridad pública y seguridad nacional se refieren a la protección del orden interior y la defensa de las fronteras. Los populistas consideran la migración un problema de seguridad: seguridad migratoria.
La caja de las maravillas: tres explicaciones del populismo
Es en este capítulo en donde el autor identifica al Internet, los smartphones y las redes sociales como elementos amenazantes para la racionalidad del hombre y la democracia —como ya señaló en el mismo sentido al populismo digital—. Para Barberis, la explosión digital confirma que Internet ya no es solo un medio, sino que es todo un entorno virtual, especialmente usado por los millenials o nativos digitales que no distinguen entre lo real y lo virtual. Esto en relación a los «discursos de odio» y críticas a las agendas políticas de «los expertos», o más bien «dueños de la verdad» por parte de opositores. Para explicar la ola populista actual, el autor desarrolla tres explicaciones: homo economicus, homo psychologicus y homo mediaticus, centra su atención en este último y la caja de maravillas: el smartphone.
El primer aspecto del populismo del homo mediaticus es llevado al paso del marketing político. Barberis lo cita de esta forma: «Los partidos, incluidos sus sitios web, son reemplazados así por contactos en línea entre individuos y líderes políticos con millones de seguidores: contacto que da a primera vista la ilusión de una relación personal con su ídolo».
El segundo aspecto de la política populista del homo mediaticus es la polarización de la típica democracia populista, esto a partir de las reacciones de un individuo a la información personal mediante sus gustos comerciales y políticos; hoy evidenciada con el «me gusta» digital, lo que para el autor resulta en que los hombres tiendan a encerrarse en una burbuja, formando «tribus digitales» en guerra.
El tercer aspecto populista del homo mediaticus es lo que el autor propone llamar como «la contestabilidad del poder»; lo que permite a las personas discutir sobre el poder de las élites y la polarización de la opinión pública.
¿Podemos curarnos del populismo digital? Tres posibles remedios
En este último capítulo, el autor nos propone tres posibles remedios para así debilitar al «populismo digital», estas son: «defender las instituciones contramayoritarias; usar el populismo digital contra sí mismo y regular internet».
En cuanto al primer remedio, Barberis propone resguardar las instituciones contramayoritarias distintivas de la democracia liberal; es aquí cuando la propuesta se torna en defender a los parlamentos y gobiernos nacionales, universidades y las ONG; instituciones contramayoritarias en sentido estricto como la magistratura, el presidente de la República y autoridades independientes para finalmente velar por la defensa de los organismos supranacionales como la ONU, UE y grandes tribunales internacionales.
En cuanto al segundo remedio, Barberis plantea utilizar el populismo contra sí mismo; esto en función a las reacciones o emociones que los políticos puedan desatar en las masas utilizando los medios digitales. Por ende, propone regular a la «maquinaria de propaganda populista» que difunde «discursos de odio», denunciar las siguientes narrativas: a. los «discursos de odio» y las noticias falsas (fake news) de los populistas, b. la contranarrativa de las minorías demonizadas por las narrativas populistas y c. denunciar las violaciones a los derechos humanos por parte de gobiernos «soberanistas» que se limitan a seguir modelos extranjeros y a criminalizar a los mismos como «terroristas», «amigos delincuentes» o «inmigrantes».
El tercer y último remedio postulado por Barberis consiste en regular el Internet. Desarrolla su propuesta de la siguiente manera:
El tercer remedio es no pensar que la crisis de la democracia se puede combatir con más democracia. No hay ninguna ilusión de que, jugando en igualdad de condiciones con los tramposos de Internet, el populismo digital pueda luchar con sus propios trucos. Tampoco es consolarse con la idea de que el océano populista puede vaciarse con el cubo de la educación cívica, debidamente integrada con la educación digital y la ética de los medios. Si el meollo del problema es Internet, es necesario regular Internet.
Adentrándose al tipo de regulación escogido por Barberis, es un modelo que desprecia las noticias falsas y los «discursos de odio», características que, para el autor, pueden penetrar en la institucionalidad para —de manera negativa— reemplazarlas, siendo este un síntoma del populismo digital. Seguidamente se desarrollan una serie de pasos para identificar una noticia adulterada: a. que la noticia sea falsa, b. que la noticia sea verdadera pero engañosa, c. que la noticia sea difundida con la intención de engañar y que sea calificada como un discurso de odio.
Conclusiones
La lectura del libro nos impulsa a abordar temas como el populismo, democracia, globalismo, medios, Estado, soberanía, etc., que en conjunto representan la actual problematización a la que se enfrentan los fenómenos jurídicos. Esto nos ayudará a entender lo transmitido por el autor de una forma más detallada y poder advertir los peligros de la arquitectura digital. A su vez, tenemos que hacernos preguntas como: ¿cuáles son las consecuencias del avance del populismo (digital)?, ¿el populismo es una ideología?, ¿qué es el populismo y para qué se usa?, ¿qué facciones del espectro político han usado más populismos y cuál ha sido su evolución?, ¿cómo se dan hoy las batallas políticas?, ¿qué tanto poder tienen los medios digitales y de comunicación?, ¿por qué es importante el Estado nación y como defiende su soberanía?, ¿qué es el globalismo?, ¿qué hay detrás de las propuestas políticas de candidatos populistas y de los establishments globales? De esta forma acercarnos a la propuesta desarrollada en el libro.
[1] Abogado. Maestro en Derecho Civil por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Código ORCID: 0000-0003-4385-3436. Correo electrónico: echavez@pucp.edu.pe